Los cuatro cumpleaños de Arantxa y Jesús Mari
Arantxa Lazkano celebra dos cumpleaños: el 19 de mayo de 1956 y el 20 de abril de 1991. El primero es el día en el que nació, el segundo cuando su vida dio un «cambio total» gracias a un trasplante de riñón. Jesús Mari Alkorta también sopla las velas dos veces cada año desde el 11 de febrero de 2007, que es cuando recibió un trasplante de hígado. «Dice mi hermano que me ha visto muerto tres veces, y mira cómo estoy», dice para mostrar la mejoría. Además de compartir el hecho de haber recibido un órgano, Arantxa y Jesús Mari son cuñados y quieren agradecer el gesto altruista de tantos y tantos donantes y familias compartiendo su historia. También colaboran con Alcer- Gipuzkoa, la asociación de enfermos renales que se ocupa del registro territorial de donantes de órganos y que la próxima semana sacará a la calle sus mesas informativas con motivo del Día del Donante, que se conmemora el miércoles. «Hay más probabilidades de que a uno le toque recibir un órgano que
donarlo», dicen Arantxa y Jesús Mari para animar a los guipuzcoanos a hacerse donantes. Ellos volvieron a nacer gracias a la donación.
Una segunda vida que para Arantxa arrancó hace 24 años. Que es, más o menos, la edad que tenía cuando se manifestaron los primeros síntomas de la enfermedad. Pasó las vacaciones en Galicia y a la vuelta «me puse mala». Devolvía por las mañanas.
Empezaron a hacerle pruebas y los análisis detectaron una infección de orina de origen desconocido. «Era el año de la colza y todos pensaban que era la causante». Desde agosto a marzo sobrellevó como pudo una enfermedad a la que no eran capaces de ponerle nombre. «Ahora en cualquier analítica te miran la creatinina, pero entonces no había eso». Al final lograron diagnosticarla: sufría una insuficiencia renal «crónica y terminal». Con esos adjetivos «que, la verdad, como te lo decían sonaba mal… Me llegaron a decir que no iba llegar a los 40 años. Esas cosas me parecen muy fuertes, porque nadie sabe lo que va a pasar en el futuro». Y, en el caso de Arantxa, se equivocaron de pleno.